“MORIR O VENCER!

 

Aniversario 194 del Combate de la Batería en la Villa "7 de Marzo"

 

Cuenta la Historia que las Provincias Unidas del Río de la Plata, hoy la Argentina, y el Imperio del Brasil estaban en guerra desde Diciembre de 1825. Meses después ya se conocía el plan brasileño de arrasar Patagones para eliminar el accionar de los corsarios que venían devastando su tráfico marítimo.

El 25 de Febrero de 1827, se divisó frente a la barra del río Negro una goleta, con bandera norteamericana, que luego se alejó. Dos días después la misma nave reapareció, seguida de otras embarcaciones y enarbolando esta vez banderas argentinas. Empero, la bravura del mar les hizo posponer la faena hasta el día siguiente. Coronel Paulino Lacarra, ordeno al coronel Pereyra posicionarse en la batería con parte de la caballería y con la infantería africana.

El 28 de Febrero alrededor de las 9 de la mañana las naves pusieron proa  hacia la desembocadura del río ante la mirada adusta y resuelta de los hombres en tierra. Se disparó un cañonazo de advertencia y momento después comenzó el combate.

La batería, construida bajo la supervisión del corsario James Harris, disponía de solo cuatro cañones, aunque orgullosa, pretendía impedir el ingreso de la escuadra brasileña erizada de cañones, carronadas y fusiles.

A pesar de la enorme diferencia de fuegos, la batería operada por artilleros y corsarios, y defendida por la infantería negra se batió heroicamente disparando nutrido fuego de metralla contra los invasores, mientras los infantes descargaban sus fusiles sobre las embarcaciones que pasaban a “tiro de pistola” maniobrando sus velas. La refriega se extendería, solo por unos cuantos minutos, ya que los invasores al pasar frente a la batería, respondieron con su enorme poder de fuego silenciado a los cañones de la costa, que además habían agotado su escasa munición.

Una vez silenciados los cañones en tierra, el coronel Pereyra dio la orden de retirada, que fue desoída por los negros quienes seguían disparando encarnizados contra sus antiguos amos, de quienes solo podían esperar los grilletes si resultaban victoriosos. Fue preciso que el veterano coronel se tomara a golpes con algunos de ellos para que obedecieran. Es que si todos los defensores luchaban por la libertad, seguramente eran los africanos, arrancados por la fuerza de sus hogares, quienes mejor conocían el verdadero valor de aquella palabra.

Dos miembros de la infantería negra, cuyos nombres se desconocen  y el corsario Italiano Fiori perdieron allí sus vidas mientras que del lado brasilero, la Escudero y la Itaparica sufrieron daños con su estructura y un desconocido número de bajas a bordo.

Si bien la acción militar del 28 de Febrero de 1827 fue una derrota, nuestras tropas demostraron su empuje y su coraje y se retemplaron en una decisión de morir o vencer, decisión que lograría la más amplia victoria una semana después.

Fuente: Museo Regional “Emma Nozzi”

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